Emociones y Respiración

Todo el mundo conoce esa sensación: estás abrumado por las exigencias del trabajo, llevas a los niños a todas las actividades extra curriculares, tienes una lista sin fin de cosas pendientes... Vuelves a casa tarde y no hay nada que comer... La mágica combinación de emociones y hambre (real o imaginaria) puede provocar serios antojos de comida y comer emocionalmente.

Todo el mundo conoce esa sensación: estás abrumado por las exigencias del trabajo, llevas a los niños a todas las actividades extra curriculares, tienes una lista sin fin de cosas pendientes… Vuelves a casa tarde y no hay nada que comer… La mágica combinación de emociones y hambre (real o imaginaria) puede provocar serios antojos de comida y comer emocionalmente.

«Mindfulness» es una de esas ideas que suenan muy bien en teoría, pero que a la mayoría nos resultan un poco difíciles de llevar a la práctica en el mundo real. Sin embargo, la investigación ha descubierto que comer con atención plena realmente merece la pena, ya que ayuda a las personas a disfrutar más de la comida y a comer de forma más saludable. La práctica de la alimentación consciente implica

  • Reconocer las sensaciones reales que se experimentan sin juzgarlas: si se trata de hambre genuina o, en realidad, de estrés, agotamiento, alegría u otra cosa.
  • Prestar atención al proceso de selección de los alimentos y comprender el papel que ésta desempeña en el bienestar físico.
  • Comer sin distracciones, prestando atención al aspecto, el olor, la textura y el sabor de los alimentos. 
  • Y luego cuando ya te sientas experto en esto, entonces poner atención en tus señales de saciedad. 

Todos estos factores se combinan para ayudarnos a elegir alimentos más sanos, comer despacio y conscientemente, y disfrutar más de nuestra comida y sentirnos más satisfechos con ella. Por supuesto, si tu respuesta normal a los factores de estrés en el trabajo es devorar la bolsa de chips o de chocolates, tranquilo, el proceso puede ser un poco más lento, sin embargo, las reflexiones de la alimentación consciente te ayudarán justamente a alcanzarlo, y reconocer el patrón, tus disparadores y el comportamiento específico que estás listo para cambiar. 

Me ha encantado este GIF, que hace ya un tiempo se hizo muy viral en redes sociales e internet. La imagen, muestra una línea que se expande en un triángulo, luego en un cuadrado, y así sucesivamente hasta convertirse en un octógono, y que ha sido utilizada como una herramienta para manejar la ansiedad. 

https://media.giphy.com/media/krP2NRkLqnKEg/giphy.gif

Se puede acompañar con ejercicios de respiración al ciclo de inhalaciones y exhalaciones de 5 segundos, haciendo de la respiración mucho más lenta, y concentrando la mente en la imagen que se mueve lenta y regularmente. 

Aunque la ansiedad puede ser un trastorno psicológico grave que requiere tratamiento, para muchos de nosotros puede ser un estado de ánimo temporal, que a veces nos lleva a tomar decisiones precipitadas, poco saludables y ser un disparador de la impulsividad y pérdida de control.

¿Por qué funciona tan bien el GIF? Aunque no nos demos cuenta, cuando nos sentimos ansiosos tendemos a respirar de forma rápida y corta. En realidad, este tipo de respiración contribuye a la sensación general de malestar, y que en nuestro cerebro comience entonces a darse desbalance de neurotransmisores y la cadena que seguramente ya conoces.

Al respirar profundamente con el diafragma, puedes recuperar el control, mejorar el flujo sanguíneo, y salir de ese estado de alarma que se disparó. 

La próxima vez que te sientas impulsado a comer emocionalmente, prueba a mirar el GIF durante 5-10 ciclos, inhalando cuando la forma se expande y exhalando cuando se contrae. 

Aquí tienes un par de prácticas más que también puedes probar:

  • Sonríe para tus adentros, liberando la tensión de los hombros. 
  • Al inhalar, visualiza el aire caliente entrando por la planta de los pies, llenando las piernas, el abdomen y el pecho. 
  • Al exhalar, imagina que el aire invierte su trayectoria.


Puedes también acostarte y colocar una mano en el pecho y la otra en el vientre. Al inhalar lentamente, el vientre debe subir, pero el pecho debe permanecer inmóvil. Deja caer el vientre al exhalar.

Una vez que hayas calmado la mente y el cuerpo, estarás más capacitado para tomar decisiones conscientes a la hora de comer, y tener el control de la impulsividad, que definitivamente terminar siendo el secreto de todo proceso.

ANA ADAMES

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