Mindfulness se entiende por “calmar la mente para ver con claridad”, es decir, atención plena en el momento presente (aquí y ahora). Basado en técnicas de meditación budistas, desde hace más de 2.500 años, Mindfulness reaparece para incitarnos a ser conscientes de cada paso que damos hoy, para conectarnos con nosotros mismos.
El objetivo principal del Mindfulness es «Cultivar la atención para vivir la experiencia del presente de una manera lúcida y serena».
Una de las partes más importantes del Mindfulness es la denominada alimentación consciente o Mindfuleating
“Comer con conciencia plena” es el arte del Mindfulness llevado a la nutrición, el arte de comer despacio, de comer con todos los sentidos: la vista, el olfato, el gusto, el tacto, el oído e incluso las sensaciones que proceden de nuestros órganos internos, como por ejemplo hambre o saciedad.
De la misma manera, mientras comemos, esta práctica nos invita a concentrarnos en lo que tenemos en el plato; a disfrutar de nuestros alimentos y saber cuándo estamos llenos para controlar porciones o cantidades. Recordando que este comportamiento de comer rápido y de más, es una de las principales causas de sobrepeso.
A continuación compartiré algunas estrategias que pueden ser aplicadas como práctica de la alimentación consciente:
- Comer sentado: Muchas veces la dinámica diaria, la rapidez con la que debemos cumplir nuestras responsabilidades laborales o en el hogar nos obliga a comer parados, manejando, o mientras trabajamos o llevamos a cabo alguna actividad. Esto debería ser el primer punto en que debemos enfocarnos; tomarse el tiempo para comer como una prioridad, donde se pueda estar sentado y aprovechando los cinco sentidos. Procurar que cada comida principal se lleve a cabo en la mesa, con la misma importancia con que lleva a cabo alguna otra dinámica o responsabilidad.
- Evita comer concentrado en aparatos electrónicos como celular, computadora o televisor. Esto no te permitirá disfrutar o saborear la comida, desviará todo tu atención sin estar presente en lo que estás actualmente comiendo.
- Mastica y saborea cada bocado. Practica el reconocer los sabores y texturas en cada bocado, identificando sus ingredientes e incluso las sensaciones que evocan (recuerdo, placer, desagrado). Adicionalmente, es muy bien sabido que aquellos individuos que mastican cada bocado 10 veces, controlan mejor las porciones de lo que comen y permiten al cerebro determinar cuando hay sensación de plenitud o saciedad para parar. De hecho, este último punto de masticar suficiente los alimentos juega un papel fundamental en la terapia conductual del individuo con sobrepeso.
- Activa tus 5 sentidos: Desde el momento en el que cocinas o sirves el plato, debes estar atento a que tus 5 sentidos estén presentes: no dejes de oler lo que te preparas, procura servir tu plato de manera que sea provocativo a la vista, permite disfrutar el sonido que ejerces al masticar o dejar reposar los tenedores, así como obviamente disfrutar de los sabores y si es necesario sus texturas.
- Controla la velocidad: Como mencioné anteriormente, además de masticar los alimentos 10 veces, procura soltar los tenedores entre bocados, y acompaña tus comidas con agua o té. Si eres de los que terminas primero siempre de comer, concéntrate en mejorar estos tiempos, durando cada día más en la mesa.
- Disfruta: El acto de comer es sin duda placentero, nadie puede negar esto. Por lo tanto, aprovecha el momento y haz de cada comida una circunstancia para disfrutar.
- Agradece por cada comida: Aunque no es una práctica directamente relacionada con la atención plena, se sabe que en la medida en que nos aferramos a la gratitud nuestras emociones se transforman; sustituyendo el estrés y pensamientos negativos en emociones que evocan relajación y aceptación.
Finalmente recuerda que el Mindfulness es una acto de autocuidado y amor propio, solo tú te beneficias de la práctica y en la medida en que repitas estas estrategias se convertirá en un hábito.
Ana Gabriela Adames
