Es una pregunta frecuente que me hacen a la hora de solicitar mi opinión o en las asesorías nutricionales. Los hábitos de alimentación están cambiando, y ahora se toma en cuenta de dónde proviene o cómo ha sido tratado ese producto desde que era una semilla. ¿Y por qué? Cada día hay más evidencia de la relación que existe entre la utilización de pesticidas, hormonas, antibióticos o cualquier producto químico con el que fue tratado una semilla, un vegetal, un animal o cómo fue alimentado el mismo. Todo debe ser considerado.
Definamos primero qué significa que un producto sea orgánico. Los productos orgánicos certificados son aquellos que se producen, almacenan, elaboran, manipulan y comercializan de conformidad con especificaciones técnicas precisas (normas), y cuya certificación de productos «orgánicos» corre a cargo de un organismo especializado (FAO). Son productos vegetales, animales o derivados, que se producen y elaboran con sustancias naturales. En la producción de alimentos orgánicos no se emplea plaguicidas ni fertilizantes de síntesis química. Están libres de hormonas, antibióticos, residuos de metales pesados, sin uso de colorantes y saborizantes artificiales, así como tampoco Organismos Genéticamente Modificados (OGM).
Como mencioné anteriormente, cada día hay mayor evidencia científica que asocia el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles del adulto (cáncer, diabetes,intestino permeable, demencia senil, enfermedades autoinmunes como artritis, tiroiditis, alopecia entre muchas otras) con la exposición continua de algunos productos con los que son tratados vegetales o animales, o inclusive con lo que son alimentados. Adicionalmente también existe medicina basada en evidencia donde el consumo de productos orgánicos mejora la sintomatología de mucha de estas condiciones.
Ahora bien ¿es necesario que todo lo que consumimos sea orgánico? Debido a que los productos orgánicos se cultivan sin pesticidas sintéticos, fertilizantes o con algún producto GMO, optar por los orgánicos puede reducir su exposición. Sin embargo, eso no significa que todas las verduras deban ser orgánicas; Existe una lista llamada Dirty Dozen y Clean Fifteen del Environmental Working Group para tener una idea de cuáles verduras o vegetales son las más altas y más bajas en pesticidas o productos químicos. ¡Asegúrete de lavar bien todas las verduras antes de comerlas para eliminar la suciedad o los gérmenes adicionales!. Sin embargo, procura no utilizar químicos no seguros para su limpieza. Comer productos orgánicos es una manera simple de reducir la exposición a pesticidas y el riesgo a desarrollar enfermedades relacionadas a su consumo continuo y frecuente.
Aquí le dejo la lista #DirtyDozen y #Cleanfifteen por la EWG. Los dirty son aquellos que DEBEMOS consumir orgánicos por su alta concentración de pesticidas y el elevado riesgo de ellos en nuestro organismo, y los Clean fifteen aquellos que son seguros comprar NO orgánicos o convencionales porque su concentración de pesticidas es prácticamente nula. En cuanto al consumo de productos animales como carne, aves, pescados y huevo, estos siempre deben ser orgánicos, pastoreados, alimentados a su vez con productos orgánicos y criados de manera salvaje, natural sin ser expuestos a malos tratos.
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